viernes, 13 de abril de 2012

Mejor Pasto de Trigo Fresco...

Aunque aporta muchos de sus beneficios, el pasto de trigo en polvo o en tabletas no tiene la potencia del que se cultiva fresco y se extrae en el momento, ya que así se aprovechan al máximo los 20 aminoácidos que contiene, las vitaminas y minerales y en especial su alto contenido y calidad de calcio, magnesio, fósforo, zinc y selenio, que ayudan a la inmunidad y el buen funcionamiento del corazón, todo el espectro de vitaminas B, ácido fólico, biotina, ácido pantoténico, lecitina, la proteína en forma de polipéptidos (aminoácidos que ayudan a una óptima asimilación de nutrientes), las más de 80 enzimas que ayudan a la desintoxicación, en especial de los metales pesados como el plomo, cadmio y mercurio, la alcalinización (eliminación de ácido) que procura en la sangre, la mejor digestión, el aumento de los glóbulos rojos, la limpieza de hígado y colon que proporciona, su alto contenido de ácido absísico que destruye tumores, y el oxígeno líquido que contiene, el cual previene la formación de células malignas. El pasto de trigo regenera y rejuvenece nuestro cuerpo como pocos suplementos.
Para obtener su jugo de manera óptima, idealmente se utiliza un extractor especial, pero igual podemos recortar un manojo de pasto y licuarlo con suficiente agua para completar un caballito tequilero. Se recomienda tomarlo en ayunas, solo o mezclado en otro jugo, ya que su sabor, aunque dulce, es tan intenso y penetrante que en las primeras tomas puede provocar repugnacia, que bien vale la pena soportar hasta que nuestro organismo se acostumbre y vaya aprovechando todos sus beneficios. Se puede utilizar externamente en heridas y como mascarilla facial.
La terapeuta naturista Anosha, especializada en medicina holística y salud natural, con más de 18 años de experiencia en el campo de la nutrición y desintoxicación, es un ejemplo vivo de los efectos regenerativos que proporciona el pasto de trigo. “Prácticamente no me he enfermado de nada que no sea un leve resfriado en las largas temporadas que tomo este jugo, que ya se ha vuelto parte de mi vida”, nos dice en su casa a la entrada de Tepoztlán, en donde cultiva charolas inmensas del pasto de trigo, entre otras especias, frutas, verduras y germinados. “Cuando no he tenido la posibilidad de consumirlo por alguna razón, siento inmediatamente la diferencia”.

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